Bese a Izan.

Izan me beso.

Nos besamos.

Es muy temprano a la mañana para entender lo que acabo de hacer y lo que acaba de pasar, todavía no eh podido digerir las cosas como debería, ni si quiera eh podido digerir el desayuno menos podría procesar esto, odio esto, se supone que lo odio ¿por qué lo bese?

Bueno, tenía una justificación se veía jodidamente bien encima mio, con su cabello lacio cayendo por su rostro, sus mejillas pintadas de carmesí, su sonrisa victoriosa extendida por su rostro, sus labios rosados, se apreciaba tan hermoso que era inevitable no besarlo. Además debo de admitir que es un chico lindo, no solo lindo, extremadamente lindo, amable , y un idiota al querer entablar una relación con Luz. Y no, no se me olvida.

Pero solo es una justificación, se veía lindo, ¿pero es suficiente escusa para besarlo?, además de hacerle un maldito chupón en el cuello, hablando de eso, debo de ayudarlo a cubrirlo, no vaya a ser que los demás se entere o le dé de boca suelta contándole a todo el mundo. Debemos de guardar el secreto.

Salgo a buscarlo por todas partes del colegio, las clases de la mañana ya acabaron por lo cual debe de estar rondando por ahí en busca de Álan. Entro al baño de hombres de la planta baja y lo encuentro revisándose el chupón del cuello.

— Mira lo que me hiciste tonto, ¿ahora como lo cubro? — dice viéndome mal.

— No te quejaste cuando te lo hice — contraataco. El solo se digna a sacarme la lengua en forma de insulto.

Camino en su dirección para tratar de ayudarlo.

— Buscare en Google como quitar un chupón— entro a la barra de búsqueda y busco.

“cómo quitar un chupetón en 5 minutos”

me aparece muchas formas, de usar aceite de bebé o almendras dulces, hielo, moneda, hasta un peine. Así que usamos la moneda para dar masajes circulares hasta que el chupón desaparezca por completo.

Procedo a sacar una moneda de mi bolsillo y comienzo a frotar en su cuello, el se queja de la presión que genera la moneda, pero que se joda por dejarme hacerle esa mierda. Me río al ver como se queja de la presión que genero.

— ¿De que te ríes pendejo? — se queja y me río de como se enoja conmigo.

— Ya, perdón — me disculpo. — pero es inevitable no reírse con los gestos que haces — me justifico.

— Ya, es que esto duele — se vuelve a quejar.

Seguimos así durante varios minutos hasta que el chupón desaparece por completo, lo cual nos pone felices a ambos.

— no lo hagas nunca mas por favor. — me pide cuando le digo que ya termine de sacarle el morado.

— Nunca mas — prometo.

Salimos del baño juntos, el se despide de mi y va en busca de Álan. Antes que se vaya lo detengo y le digo en el oido.

— Lo que sucedió hoy se queda en el salón de música, no le cuentes a nadie. — El asiente entendiendo mi pedido y se va en busca de su mejor amigo.

Paso el resto de la mañana en el campus debajo del árbol de manzanas que ya comienza a salir sus frutos como pequeñas manzanas que pronto crecerán y se volverán rojas y deliciosas, nunca antes e probado la manzana cosechada directamente de un árbol espero probarlas este año.

Acostado en el suelo, mientras escucho música en mis auriculares viejos, recuerdo como se veía Izan encima mio, y lo atractivo que se observaba, y otra vez me dan ganas de besarlo, ese pensamiento intrusivo se hace lugar en mi cabeza y es inevitable no pensar en besarlo bajo el árbol de manzanas.

De la nada siento cómo me tocan el hombro, me quito los auriculares y veo a Izan parado a mi lado, con una sonrisa en su rostro.

— Te estaba buscando.

Sonrió inconscientemente al saber eso.

— ¿Para qué me buscabas? — apago la música de mi teléfono para volver a escucharla cuando se vaya.

— Para darte un beso antes de irme a casa. — Pronuncia y siento que el aire se me va, cómo si me olvidara de como respirar, lo miro a los ojos y tiene un brillo lujurioso en ellos. El se sienta a mi lado y me pregunta que musica estoy escuchando.

— “i like the way you kiss me”, de artemas — siento que la canción representa esta situación de ahora mismo, extraño sus labios aun teniéndolo cerca mio, me gusta como me besa, y necesito besarlo otra vez.

Así que tomo de sus mejillas y me hundo en un beso profundo, en donde necesito sus labios sobre los mios para seguir viviendo, su aroma llega a mis fosas nasales y me vuelve loco por completo.

— Diego

Sigo besándolo a pesar que el diga mi nombre.

— Diego

Vuelvo a escuchar y esta vez quiere que me separe de sus dulces labios.

— ¡Diego despierta!

Abro los ojos y veo que Velasco y Rysan intentan despertarme. Y maldigo internamente que solo fuera un sueño. Hoy lo probé y ya extraño su sabor.

— Hasta que por fin despiertas. — Rysan me da la mano para que me levante.

Odio a ver despertado del sueño, pero a la vez me siento confundido, ¿cómo es posible que me invada hasta en mis sueños y que además lo volviera a besar en ellos?

No me quejo del sueño, pero este sentimiento que esta creciendo en mi no puede seguir así, el gusta de Luz, y es un idiota, no debo de dejar que las cosas se compliquen. Aunque… si hago que se enamore de mi y se olvide de Luz salvaré a mi mejor amiga de ese miserable. A parte podría seguir investigando que es lo que realmente siento por el, espero no sea amor.

— Si, es que me quede completamente dormido, estaba cansado. — no les miento la noche anterior no pude dormir, una nueva emoción comenzó a brotar en mi pecho, me molestaba y no me dejaba dormir, pero no les quiero contar me van a interrogar y soltaré cosas que no debo de decir.

A decir verdad, se trataba sobre el chico de cabello lacio, no podía parar de sentirme culpable por no darle el crédito que merecía por el trabajo, después de todo el hizo los planos. A parte pensaba en la posición que estábamos en mi cama, yo encima de el sosteniendo sus muñecas y a centímetros de su boca. Se veía muy lindo con la frente un poco sudada, y el color rojo de sus mejillas.

— Vamos a la segunda clase, te perdiste la primera por andar durmiendo por ahí.

Velasco interrumpe mis recuerdos.

Vamos caminando hacia el salón mientras que en mi mente solo se reproduce el momento en donde beso a Izan.

Siento el sol en mi piel, puedo sentir el mismo calor cuando estaba con el, es raro… porque en ese momento no había sol entrando por la ventana del salón.

Sacudo mi cabeza esperando que todos los pensamientos relacionados con el caigan al suelo con la sacudida. Sonrió al ver que si funciona.

Continuo la segunda clase prestando atención en todo momento.

En la tercera clase la tenemos libre, por lo cual velasco, Rysan y tres chicas mas de mi misma clase comienzan a jugar verdad o reto con una botella que encontraron tirada en el suelo en camino al salón. Me preguntan si quiero unirme y al principio me negó, hasta que me convencen diciendo que si juego mañana me compraran el almuerzo. Todos nos sentamos en una ronda y comenzamos con el juego. Al pasar los minutos mas chicos del salón y de otras clases se van uniendo al juego, en eso, un chico rubio con ojos claros se acerca con Izan sosteniendo su brazo derecho, aparecen para preguntar si se pueden unir a la ronda, por lo cual los gemelos lo dejan. Veo como Izan se queja con el chico a su lado de no querer jugar, este chico le susurra algo al oído y este cambia de opinión.

Me da rabia saber que esta tan cerca de este chico, pensé que no tenía mas amigos aparte de Álan, pero al parecer este tambien es uno de sus amigos.

Las rondas van pasado y llegan Luz y Támara para seguir el juego. Se sientan a lado de velasco y vuelve a comenzar el juego. La ronda consiste en 10 15 jugadores en total. Giran la botella y le toca a Luz.

— ¿Verdad o reto? — Rysan hace los honores en preguntar.

— Verdad.

— ¿Cuando fue la ultima vez que tuviste sexo con alguien? — el rubor sube por las mejillas de Luz y me extraño de esto. De lo que yo se mi inocente Luz no a dado ni su primer beso, pero esa reacción me sorprende.

— Has otra pregunta — interviene Izan antes que Rocío pueda responder.

— ¿Por qué debería hacerlo? Ella eligió verdad —

— ¿Pero no es muy privado para que lo diga delante de mas de 10 personas?

— Ella quiso jugar, que se joda —. Rysan tiene razón, ella quiso jugar entonces debe de responder.

Luz acaricia su cabello y respira profundo para responder la pregunta.

— Aun soy virgen, así que no e tenido sexo — sus mejillas se ponen roja de vergüenza, y eso me alivia, por momentos pensé que diría una fecha exacta, pero ahora puedo respirar en paz.

— Así que la chica mas linda del colegio es virgen, ¿No la quieres perder conmigo? — un chico que no logro reconocer le hace esa pregunta incomoda y me da ganas de golpearlo, ¿cómo se atreve a decir eso a una chica? ¿enserió existen tipos así?

— Cállate la boca si no quieres que te deje en el hospital — amenazo fulfinandolo con la mirada.

— A ver quiero ver si te atreves —

— Chicos basta — interrumpe Luz. — Diego no te metas, y para ti, ni que me pagaras la perdería contigo, de seguro tienes la cama de Ben 10. — Me siento orgulloso de su respuesta lo humillo con voz tranquila y serena, es una buena chica.

— Yo mejor me largo de aquí — el tipo de cabello corto, casi rapado se levanta y se va indignado, después de todo fue humillado delante muchas personas, hasta yo sentiría vergüenza de eso.

Ignoramos el echo anterior y esta vez me toca a mi girar la botella, por lo cual giro y se estaciona justo en Izan.

— ¿Verdad o reto? — hago la respectiva pregunta que definirá el castigo que tendrá.

— Verdad.

— ¿Te besaste a alguien de aquí? — pregunta el chico rubio a su lado, haciéndome perder la oportunidad de hacerle otra pregunta. Lo miro a los ojos, queriéndolo matar si dice que si. El piensa un rato que parece una eternidad comparado a los demás, me mira a los ojos y sin quitar la mirada responde.

— Si, si eh besado a alguien de esta ronda.

Definitivamente lo quiero ahorcar con mis brazos, como se atreve a confesar tremenda cosa así, sabiendo que entre todas las mujeres que ahí, todas saben que no se besaron con Izan. O eso creo.

Todos comienzan a hacerle la misma pregunta que quien es, que diga su inicial, su signo, o algo parecido, todos tienen curiosidad de saber con quien se beso, el pelicastaño.

— No pueden preguntarme nada, ya me hicieron la pregunta

Sigue la ronda y esta vez Izan gira la botella tocándome a mi.

— ¿Verdad o reto? — hace los honores esta vez velasco.

— Reto — voy por todo o nada. Después de todo soy un chico que toma riesgos.

— Te reto a basar a la persona mas linda de esta ronda. — me gusta este reto y ya se a quien besar. Me dirijo con cuidado hacia Izan, siento como se le corta la respiración y cuando estoy a tan solo centímetros de su boca giro a su izquierda y beso a Luz. Es solo un roce de labios, ella abre grande los ojos y me empuja inmediatamente.

— ¿Qué haces tonto? — alza un poco la voz por la sorpresa.

— ¿Acaso no eres la mas linda de esta ronda? — pronuncio con una sonrisa en mi rostro. Veo al chico de tez blanca al que me bese con semblante victorioso, bese a Luz antes que el, eso me convierte en ganador.

— Oye esas clases de retos deben de estar prohibidos, se necesita el consentimiento de la otra persona.— interviene Támara

— Que aburrida eres cariño — Velasco alza una ceja y siento que lo que acabo de hacer esta mal, muy mal, le di su primer beso a Luz, sin su consentimiento, pero bueno las cosas ya están echa son hay que arrepentirse.

— tú y yo hablaremos después — me avisa antes de irse junto con Támara. Trago saliva con dificultad se que cuando Rocío quiere hablar las cosas se ponen serias, muy serías, la ultima vez que hablamos casi termina nuestra amistad. Lo peor de todo es que siempre es mi culpa, creo que soy un poco estúpido para meterme en la misma situación de antes por segunda vez.

Sin importar que las chicas se hayan ido Rysan y Velasco siguen girando la botella, y la atención se centra otra ves en Izan, me río al saber que es la segunda vez que le toca en unas misma ronda.

— ¿Verdad o reto? — pregunto listo para hacerle la vida miserable.

— verdad. — pronuncia luego de pensar un rato, se remueve en su lugar un poco inquieto,

— ¿Es verdad que te gusta alguien del mismo sexo? — Veo como levanta sus cejas sorprendido por la pregunta, el sabe que no quiero que la gente sepa lo de hoy está mañana, pero debo de saber si le gusto al menos un poco.

— No, soy 100% heterosexual, y aunque me besara con uno seguiría siendo hetero — me calla la boca con su respuesta. Y me duele un poco al saber que mi beso no le causo ninguna emoción, pero algo dentro de mi me dice que esta mintiendo.

— ¿Te besarías con uno? — interrogo aun sabiendo que no tiene porque decirlo

— Tal vez. — responde y luego se da cuenta que no es parte del juego, sus mejillas se pintan de rojo y al parecer el chico 100% heterosexual no lo es después de todo. — Digo, solo para probar, osea hay que probar las cosas antes de definirse como algo, aunque yo se que soy 100% hetero y nadie va a poder cambiar eso aunque me bese con mil chicos — trata de arreglar lo antes dicho tan rápido como puede, la gente se ríe de el y sus mejillas ya se parecen a un tomate de la vergüenza que siente.

Antes que Izan pueda girar la botella toca el timbre dando por finalizado la tercera clase del día, todos comienzan a levantarse e ir a buscar sus cosas para la cuarta y ultima clase que tienen.

El chico que esta junto a Izan le avisa que tienen clases que luego va para su casa, le plata un beso en la mejilla y quedo piedra al ver esta acción.

— Uh perdón. — se ríe.

— No pasa nada. — Se limpia la mejilla y siento que estos dos se traen algo entre manos, y debo de averiguarlo, no es que sea chismoso, osea si lo soy pero de saber si el chico “100% heterosexual” realmete lo es o es una fachada para ocultar su homosexualidad.

Todos se van incluyendo el chico, nos quedamos solo Izan y yo, la cuarta clase la compartimos y tambien la tenemos libre.

Izan procede sentarse en unos de los bancos del aula y comienza a jugar candy crush en su celular ignorando el echo que estoy con el.

— ¿Qué acaso no me vas a hablar? — me siento junto a el para molestarlo.

— No es eso, solo quiero jugar un rato pero puedes hablarme mientras tanto, solo te voy a ignorar — avisa. Lo odio, odio como es y como trata de ignorarme, antes no ignoraba a su amigo de ojos verdes.

— Claro, si fuera ese chico de ojos verdes seguro dejarías ese celular. — dramatizo un poco.

— ¿hablas de Oliver? — quita la vista del celular para verme unos segundos. Su mirada café me analiza y siento que es el café perfecto para tomarlo en verano, no importa cuanto calor haga.

— Con que se llama Oliver. — asiento con la cabeza reiteradas veces analizando su nombre, se me hace conocido, pero no se quien es la verdad, no lo recuerdo.

— Tranquilo, puedes bajar tus armas y dejar de estar celoso por un momento, tiene novia. — vuelve su vista al celular volviéndome a ignorar.

— Eso no quita el echo de que se pueden besar, o gustar de el en secreto.

— ¿Lo dices por experiencia o que? — contraataca.

— Sabes a lo que me refiero pequeño, se que te gustan los hombre y afirmas ser 100% hetero. — cambio de tema para no ver que me acaba de humillar.

— Ya lo dije en el juego, aunque me bese con uno o contigo seguiré siendo hetero te guste o no —

— Eso ya lo veremos.

Me levanto y tomo su barbilla para que me mire, el solo me ve con las cejas hundidas formando casi una uniceja.

— ¿Puedes soltarme?

— se que no quieres que lo haga. — murmuro cerca de su boca.

— se que quieres que te bese — afirmo. Su respiración caliente choca con la mía y puedo sentir mis latidos acelerados por este acercamiento.

— ¿Y cómo sabes que quiero eso? — pregunta observando mis labios, relame los suyos y ya quiero juntarlos con los mios.

— ¿Estás confirmando que quieres que te bese?

— Puede ser. — cierra los ojos y acerca un poco mas su rostro al mio, solo falta un centimetro para que nuestros labios se unan en un beso. Y eso hago.

En el salón vació en su totalidad, sostengo las mejillas de Izan con ambas manos besándolo con lentitud, disfrutando de su sabor dulce de sus labios. El me sostiene del cuello y me jala hacia el profundizando el beso. Me separo de sus dulces labios y susurro contra los suyos.

— ¿no era que no querías mi besos? —

— Ya cállate y bésame. — vuelve a sostener mi cuello y nos hundimos una vez mas en un beso apasionado, donde los latidos de nuestros corazones se aceleran como un motor encendido.