Capítulo 3 : Contacto de labios
La mañana se volvió pesada.
La imagen de Rosé, con los ojos abiertos de par en par y los labios temblorosos tras el beso. Se repetía una y otra vez en mi mente como un eco interminable. No había sido planeado. No había sido correcto. Solo… y ahora la culpa me mordía el pecho como si algo dentro de mi intentará escapar.
Me levanto del sofá y empiezo a dar vueltas en círculos mientras Jennie me mira preocupada.
— ¿Qué rayos le puedo decir a Roseanne después de ese beso? — Preguntó a la nada, sin la esperanza que jennie me responda.
— ¿Beso? — pregunta jennie.
— Si, anoche la besé. — confieso avergonzada.
— ¡¿Qué rayos?! —
— Es una larga historia, luego te la cuento. — ella asiente y solo me mira con pena. Mientras me muerdo las uñas pensando en que debería de decirle. Me imagino a ella encontrándome en el ascensor por casualidad y el silencio incómodo va inundandonos, pero a decir verdad siento que diría algo tonto como “beso bien ¿verdad?”. Debo de evitar que eso suceda, debo de evitarlo a toda costa, debo de ir a su cuarto a pedirle disculpas por esto gran error.
— Me voy a disculparme. — Aviso a la pelicastaña que ahora se encuentra en el celular Googleando como pedir disculpas sin quedar en ridículo.
— Espera, ¿Adonde vas? — pregunta cuando cierro la puerta de mi habitación a mis espaldas.
Voy caminando por el largo pasillo hasta llegar al ascensor, y como si el universo me odiara cuando las puertas se abren veo ese rostro qué no deseaba encontrarme hasta llegar a su cuarto.
— ¡Tú! — exclamó sin poder controlar lo que digo. Carraspeo y me subo al ascensor con ella.
—¿Adonde vas señorita Kim?— pregunta con normalidad como si nada hubiera pasado.
— Eh… voy… A la planta baja. — digo sin pensarlo mucho.
— Oh vamos al mismo lugar. — dice.
En ese momento un pensamiento invade mi mente. Yo vivo en el último piso, ¿cómo es posible que ella esté llendo al primer piso? Mi mente deja de funcionar en eso preciso momento, algo anda mal, es mi último pensamiento antes que ella me tome del brazo izquierdo y me dee la vuelta para verla fijamente a los ojos. Esa acción me deja sin aliento. Así que levanto el rostro y me encuentro con sus hermosos ojos cafés.
— ¿No crees que merezco una explicación?— habla mientras mi mente esta en reparación junto en ese momento.
— Yo… — quedo en silencio sus labios rosados me distraen.
— Tu… — responde al ver que no digo más palabras. Respiro profundo y hago el intento de volver en mi misma.
— Yo, te pido disculpas por lo de anoche, es que me pareces super atractiva y nunca senti esta atracción por una persona, jamás, y bueno, me embriague y sin querer la besé, lo juro que si viajará en el tiempo evitaría ese beso.
— ¿A eso llama beso señorita Kim? — Quedo pensativa, a decir verdad no es para tanto, solo fue un contacto mínimo, no es para tanto. — Yo creo que solo fue un contacto que por obra del destino ocurrió en nuestros labios. Así que no te preocupes no es para tanto. — responde y me siento humillada. Mi beso, o bueno “ese contacto de labios” no fue para tanto.
— Matthew besa mejor que usted, sin ofender. — agrega. La rabia sube por mi cuerpo, ¿Cómo se atreve a decir tal cosa? ¿Acoso no sabe quien soy? ¿Acaso no sabe cuantos morirían por probar “un simple contacto de labios”?
La puerta del ascensor se habré y es mi oportunidad de contraatacar.
— Pues, “Ese contacto de labios” va a invadir tu mente hasta volverte loca. — sentencio
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